Las téseras de hospitalidad (tesserae hospitalis) documentan una forma especial de hospitalidad regulada, propia de los pueblos de la España antigua. Consistía en un pacto bilateral fijado por escrito en las tesserae, pequeñas placas de bronce o de plata, dobles o partidas, de las que cada suscribiente conservaba una parte o mitad. Adoptaban diversas formas, a menudo de animal, aunque la más característica se configuraba como dos manos entrelazadas, en el conocido gesto de saludo o de acuerdo amistoso, muy expresiva del pacto acordado. Se prestaba muy bien, además, a la configuración en dos placas simétricas, una para cada suscribiente, con el relieve de las manos por fuera y la inscripción, repetida, en los planos de unión de ambas.